viernes, 4 de julio de 2014

Carta dirigida a los que admiran el castillo de Constantina (Sevilla)


       

         Sin ninguna duda somos muchos, propios y extraños, los que admiramos este edificio tan singular que se erige en el Cerro del Castillo de la localidad serrana de Constantina en la provincia de Sevilla.

          El origen y desarrollo de este edificio nunca había sido objeto de investigación científica hasta que en el año 2006 un equipo interdisciplinar con miembros de las Universidades de Córdoba, Sevilla y Huelva afrontara la reconstrucción del pasado de este edificio medieval. La dirección de este proyecto estuvo bajo la responsabilidad de la Dra Magdalena Valor Piechotta que desembarcó en Constantina de la mano de su compañera de estudios en la universidad Ana Ávila Álvarez, contando desde primera hora con la confianza de sus munícipes.
           Los trabajos se iniciaron a fines de junio de aquel año, se prolongaron durante tres meses y unos seis meses después quedó entregado el informe definitivo de los trabajos, en el que a lo largo de unas 300 páginas más casi 200 figuras se exponían detalladamente los resultados del estudio histórico y arqueológico, incluyéndose además un nuevo levantamiento fotogramétrico de planta y alzados del edificio, además de una prospección geofísica.
          A partir de entonces sabemos que el castillo no es islámico (712-1240), y por tanto tampoco almorávide (1090-1147); sino que es cristiano y nada menos que del siglo XV (1474-1478) construido por Don Rodrigo Ponce de León, conde de Arcos, aunque sí que hubo una construcción previa de tapial que se pudo datar en el siglo XIV. Se fechó la estructura de hormigón rectangular (situada al sudeste) en tiempos de los Reyes Católicos, encontrándose al año siguiente un dato precioso y es que estos monarcas pasaron el mes de abril de 1490 en Constantina, ya que desde ahí despidieron a su primogénita Isabel que casaba con el rey don Alfonso de Portugal, lo que nos permitió entender este edificio caprichoso que era la base de una torre-mirador de madera. Finalmente, encontramos una inesperada fase de los franceses durante su corta ocupación de Constantina entre 1810 y 1812.
          Después de terminar los trabajos se hicieron labores de difusión, que consistieron en: la organización de ciclos de conferencias en Constantina y en Sevilla; dos seminarios de trabajo en Constantina; presentaciones y poster en diversos congresos y jornadas universitarias, también se publicaron diversos artículos e incluso un libro, algunos de ellos colgados en la red.

        Nuestro proyecto en Constantina integraba entre sus actividades la de la consolidación y/o restauración del edificio y, en esta línea iniciamos los contactos necesarios para buscar un técnico en el asunto, un arquitecto. Es a partir de este momento cuando perdemos totalmente las riendas del proyecto que pasa a capitalizar el mencionado técnico.
       Transcurridos unos cuantos años de este hecho que para mí fue lamentable y muy decepcionante; resulta que llegan a mis oídos comentarios que se hacen sobre mi persona y que son totalmente falsos. El conjunto de estas calumnias se pueden resumir en dos:
           1.- Que mi interés por el castillo de Constantina está relacionado con mi lucro personal.
           2.- Que yo soy la que tiene la culpa del colapso de la torre.
Sobre estas dos cuestiones se ha hablado en privado y en público y sin el menor ánimo de venganza –no pienso atacar absolutamente a nadie- me veo obligada a defenderme también públicamente.

1.- En cuanto a mi deseo de enriquecimiento con el proyecto de investigación sobre el castillo de Constantina. Los trabajos se desarrollaron exactamente de acuerdo al presupuesto que está depositado en el Ayuntamiento de Constantina, en el GDR de Cazalla de la Sierra y en la Universidad de Sevilla; es ahí donde se puede ver que las personas contratadas fueron dos técnicos arqueólogos, una becaria y yo misma; siendo yo –Magdalena Valor- la que menos cobraba de todos con diferencia. Los motivos no vienen al caso, pero así fue y lo puedo demostrar. Tampoco Ana Ávila se ha enriquecido con este proyecto, ya que en su caso particular no percibió ni un solo euro del mismo.

2.- La culpa del colapso de la torre. No quiero poner a nadie en evidencia, pero está claro que mi responsabilidad y competencia en el castillo de Constantina era la reconstrucción histórica del edificio a través de las fuentes escritas y de las evidencias arqueológicas. No obstante, aún estando fuera de mi responsabilidad, yo señalé en diversas ocasiones a técnicos competentes en edificación el mal estado en que se encontraba la torre; precisamente uno de estos técnicos tuvo el propósito de incluir la visita de la parte alta de la torre en un recorrido por el castillo y tuve que ser yo la que le indicara que en la situación que estaba era peligroso incluso. De todo esto tengo documentos y lo puedo demostrar. Por tanto, que cada “palo aguante su vela” y no echemos “balones fuera” inculpando a personas que no tienen la más mínima responsabilidad en un acontecimiento tan doloroso para todos.

         Ninguna calumnia podrá hacerme olvidar los buenos momentos que viví durante aquel proyecto de investigación del que me siento orgullosa y del que hablo allí donde voy.

Gracias por vuestra atención, Magdalena Valor


He pensado en difundir esta carta por medio del blog “Ciudadanos x Constantina” por tratarse de un medio independiente y ajeno a cualquier otro interés que no sea el bien de Constantina y sus habitantes. ¡Muchas gracias amigos del blog!

                                                                                          Magdalena Valor Piechotta

2 comentarios:

  1. Resulta cuanto menos “sorprendente” que en una carta que pretende dar a conocer los antecedentes de la desgraciada caída de la Torre del Castillo de Constantina, no se menciona una actuación cuyo conocimiento es clave para entender lo que ocurrió:

    La carta no incluye ni una sola palabra de la intervención realizada sobre la Torre en el año 2007, es decir LA ULTIMA INTERVENCIÓN ANTES DE SU CAIDA, cuando según la carta de Doña Magdalena, era ella la que llevaba “las riendas del proyecto” LA OMISIÓN DE ESTE DATO HABLA POR SÍ MISMA.

    Esta intervención del año 2007, realizada inmediatamente después de la investigación de la Dra. Valor y Ana Ávila, se llevó a cabo años antes de la presencia del arquitecto que menciona la carta, pues en la curiosa concepción del trabajo pluridisciplinar de Magdalena Valor, un proyecto que según sus palabras“ integraba entre sus actividades la de la consolidación y/o restauración del edificio” no contaba entre los miembros del equipo con arquitectos o ingenieros superiores, los únicos profesionales que según la legislación española son competentes para trabajos que incluyan estudios estructurales.

    En palabras de Dª Magdalena “que cada palo aguante su vela”

    Espero haber arrojado algo de luz sobre el asunto.

    Un saludo.

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  2. La intervención del año 2007 fue gestionada directamente desde el Ayuntamiento de Constantina, no tuvo ninguna relación con la intervención del año 2006, fue una acción independiente.

    Los trabajos interdisciplinares (fue nuestro caso) estaban dirigidos a la reconstrucción histórica del edificio a través de las fuentes escritas y de las evidencias arqueológicas. Primero era necesario levantar una planimetría -lo único que había eran los croquis del Catálogo Arqueológico y Artístico de la Provincia de Sevilla-, y después estudiar el monumento antes de su consolidación y/o reconstrucción.
    Por otro lado, Esperanza, no olvide que también en el año 2006 había una "Escuela Taller" en el monumento que estaba dirigida por un arquitecto. Actividad que también dependía directamente del Ayuntamiento.

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